miércoles, 5 de octubre de 2011

Los buenos números del rescate bancario

Los números del rescate bancario español no son tan fáciles de calcular como se piensa. El otro día el Gobernador del Banco de España lo cifró en 7.551 millones de euros. El importe era el que correspondía a las ayudas dadas a cuatro entidades que a 30 de septiembre habían requerido la toma de control por parte del Estado para que su patrimonio neto, la diferencia entre sus derechos y sus obligaciones, fuera suficiente para asegurar que estas últimas, las obligaciones o pasivos, pudieran ser atendidas. De esas cuatro entidades, una además disponía de una línea de crédito del FROB de 3.000 millones de euros, para asegurar su liquidez. El FROB ya había dado apoyos en dos bloques de 8.035 millones de euros a cuatro entidades y de 2.155 millones de euros a otras tres.

Pero antes de todo esto, lo recordarán ustedes, tuvimos el Fondo de Adquisición de Activos Financieros, el FAAF, que otorgó liquidez por importe de 17.095 millones de euros en cuatro subastas que realizó entre noviembre de 2008 y enero de 2009. Los apoyos de liquidez, por tanto han sumado hasta la fecha 19.895 millones que, como créditos que son, debieran recuperarse en su totalidad. Los apoyos en forma de recursos propios a las entidades han sumado 17.737 millones de euros. Podrían recuperarse en parte, dependiendo de los precios a los que se deshaga el Estado de sus participaciones en las entidades nacionalizadas. Sin embargo, estas no son las cifras del rescate aunque lo parezcan (37.632 millones de euros que suman ambos conceptos) porque puede llegar el Estado a recibir una parte muy importante de estos fondos.

El verdadero coste del rescate es el encarecimiento de la deuda pública española, de toda la deuda pública, desde que los mercados se apercibieron de que nuestras autoridades habían extendido un aval implícito a todo el sector financiero. Las emisiones de deuda desde finales de 2008 se han encarecido en un 1,2% aproximadamente para todos los plazos de emisión de deuda. En el caso de la emitida por el Estado, su variación desde el inicio de la crisis (tercer trimestre de 2008) ha sido de 240.000 millones (un crecimiento del 82%) lo que supone un encarecimiento de alrededor de 3.000 millones anuales EN los pagos por intereses durante los cinco años que tienen de media nuestras emisiones, es decir 15.000 millones que no volverán jamás. Para los tenedores de la deuda anterior a la crisis (355.000 millones de euros) , la subida de los tipos ha supuesto una pérdida en el valor de sus activos de aproximadamente otros 15.000 millones de euros. Esos son los costes del rescate bancario.

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