viernes, 10 de septiembre de 2010

Justicia sin Estado

Ya es viernes. El primer viernes del nuevo curso escolar para los adultos, como usted y yo para los que el año comienza en septiembre, aunque los niños y los jóvenes todavía disfrutan de vacaciones. Y ya saben ustedes lo que ocurre en este blog todos los viernes: que el pelmazo del autor les envía a la biblioteca o a la librería a por un libro. Esta semana quiero comentarles un texto del profesor de la Universidad del Estado de La Florida, Bruce Benson, que se llama Justicia sin Estado.

Como ustedes saben, los partidarios del Estado mínimo defienden que las funciones del mismo deben circunscribirse a la justicia, la seguridad y la defensa. El profesor Benson constata que en los últimos años, los servicios privados de seguridad y el arbitraje han crecido fuertemente en Occidente, lo que vendría a demostrar -para él- la incapacidad de los estados modernos para prestar estos servicios de manera satisfactoria. Sobre esta base el texto que les recomiendo nos hace plantearnos si podemos seguir afirmando que el orden público y la Justicia deben continuar siendo competencias exclusivas del sector público.

La tesis puede compartirse o no, pero la discusión rigurosa de la misma, a la que nos somete Benson, no deja de ser apasionante. La postura, de admitirse, nos presenta que el anarcocapitalismo -casi sin presencia intelectual en España, pero no así en otros países- puede ser algo más que una mera discusión académica. Si quieren mi opinión, les diré que soy partidario de la institución del Estado, aunque no lo parezca a veces por lo crítico que soy hacia ella, porque creo que tiene una base moral. Es el abandono de esa base moral que justifica el ejercicio del poder por parte de los gobernantes, lo que ha producido la ineficacia pública que sirve al autor que les comento, para justificar la privatización de la Justicia y la Seguridad. Como ven, la discusión es atractiva. Así que no lo duden y lean Justicia sin Estado, de Bruce Benson.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

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