viernes, 2 de julio de 2010

¿Hay vida después de la deuda?

Ha comenzado julio y, por tanto, algunos de los lectores habituales están disfrutando de sus vacaciones. Aquellos de ustedes que sí están leyendo hoy este artículo, pasan calor y están ya pensando en las suyas. Tal vez por eso, y porque es viernes, voy a añadir un poco de frescura a la recomendación de lectura que les hago todas las semanas. Les recomiendo que se hagan con el número de The Economist de esta semana que termina. Probablemente hoy sea el último día para hacerse con él con facilidad en los quioscos del centro de las ciudades. Y, ¿por qué recomiendo la lectura de esta revista?, pues por el informe especial de catorce páginas que incluye en su interior, y que anuncia en portada con el sugerente título: ¿Hay vida después de la deuda?

No les puedo comentar todos los artículos en la extensión de este post por la variedad de temas acerca del sobreendeudamiento de Occidente que trata, pero, al menos, les centraré la jugada como hace el artículo introductorio al informe, de Philip Coggan, que nos recuerda que la deuda parece haber sido la solución a todos los problemas económicos durante los últimos veinticinco años, y que ahora parece que ha llegado a ser el problema mismo. Está claro que el modelo económico basado en el endeudamiento ha alcanzado su límite y que la suspensión de pagos de un estado soberano ya no se contempla como un imposible, máxime cuando los gobiernos prefieren el populismo y no enfrentarse al desgaste que supone imponer medidas de fuerte austeridad a su población, antes que pagar a sus acreedores internacionales.

Sin embargo, está claro que, al margen de las finanzas públicas, deberemos aplicar la austeridad a las privadas, reducir nuestro consumo y aumentar nuestro ahorro. Y no sólo para reducir nuestro particular endeudamiento, pues es posible que en el caso de algunos de ustedes eso no sea un problema, sino para hacer frente a la reducción de determinadas prestaciones públicas.

Así que ya saben, esta semana no hace falta que vayan a la librería, sino al quiosco o a la biblioteca. Busquen el ejemplar de The Economist, titulado ¿Hay vida más allá de la deuda?, correspondiente al número del 26 de junio al 2 de julio de 2010, y léanse el informe que incluye. Muy interesante. Y sólo son catorce páginas aunque, eso sí, en inglés.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario