jueves, 8 de julio de 2010

El pulpo Paul y la ministra Salgado

Algunos de ustedes habrán oído hablar del pulpo Paul. Se trata de eso, de un pulpo, al que los alemanes le han estado encomendando, antes de cada partido de su selección, que actúe como adivinador del vencedor del mismo. Hasta ayer mismo el animalito había acertado siempre, y pronosticaba la victoria española. El asunto es que ayer, un grupo de Facebook pedía la pena de muerte para el pobre cefalópodo en caso de que errase en su pronóstico.

Ayer, también, el profesor Trías de Bes, de Esade, presentaba un interesante estudio en el que había analizado las desviaciones en sus pronósticos respecto del valor final alcanzado por un conjunto de servicios de estudios y centros de análisis económicos. Así, comparaba los pronósticos de crecimiento del producto interior bruto (PIB) con el crecimiento real una vez conocido el dato. Lo interesante era ver que las peores previsiones para la economía española, entendidas como las que más se alejaron del acierto, correspondieron, por este orden, al Gobierno de la Nación, al Fondo Monetario Internacional (FMI), y a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Las mejores previsiones -las más acertadas- correspondieron, por este orden, a Intermoney, a la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), y al Instituto Flores de Lemus.

Es decir, las mejores eran de instituciones privadas, mientras que las peores eran de instituciones públicas. Y entre éstas, peores eran las que más obligadas estaban, por responsabilidad, a acertar, porque el Gobierno español tiene más obligación de conocer la economía española que el FMI o la OCDE. Recordarán ustedes que, además, nuestras autoridades se han quejado varias veces de que el FMI no acierta, como dice el castizo, ni patrás. En cualquier caso, dirigidos por unas autoridades nacionales internacionales que dedican a sus estudios económicos muchísimos más recursos que los servicios privados, entre otras cosas porque pueden imponer obligaciones de información a las empresas que dichos servicios no pueden, es para constituir otro grupo en Facebook que exija el mismo trato para el pulpo Paul que para la Ministra de Economía.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

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