lunes, 21 de junio de 2010

Los chinos también lloran

Estos días estarán oyendo hablar mucho de las presiones que están recibiendo las autoridades económicas chinas por parte de las occidentales, para que su moneda, el yuan, tenga un tipo de cambio variable en lugar de un tipo de cambio fijo, como tiene actualmente. Un tipo de cambio fijo significa que el Banco Central chino emite -o en su caso destruye- la moneda que haga falta para que el tipo de cambio del yuan sea fijo respecto del dólar.

Dado que la balanza comercial china ha sido positiva estos últimos años, China ha emitido yuanes con la finalidad de que no se revalorice su moneda, como modo de evitar que el saldo positivo de su balanza comercial se vaya reduciendo. Además, la demanda exterior de yuanes les ha asegurado que la inflación no se haya disparado a pesar del incremento de los mismos en circulación. Hasta aquí todo parece muy positivo para ellos y perjudicial para nosotros. Y así es.

Por otro lado, los chinos, con el saldo positivo de su balanza comercial, adquirían activos financieros, bonos y acciones en el extranjero, pero en vez de comprarlos cada vez más baratos, los han comprado a un precio constante en términos de tipo de cambio. Y esta es la parte negativa para ellos y positiva para los occidentales. Pero continuemos: esta política monetaria ha permitido a China mantener una mayor demanda exterior de la que tendría si hubiera dejado fluctuar su moneda, como hacen los bancos centrales occidentales. Esa mayor demanda le permite mantener una tasa de desempleo de casi el 10%, teniendo en cuenta que el crecimiento de la población laboral es de alrededor de 45 millones de personas al año, pero, a cambio, los trabajadores chinos no han incrementado su poder adquisitivo en lo que podrían haberlo incrementado. Así, no se han enriquecido lo que podrían haberse enriquecido, por lo que la economía de un país tan poblado depende en demasía de la demanda exterior y menos de lo aconsejable de la interior.

Ahora, que el exterior de China anda mal y la demanda exterior se reduce y que, además, hay incluso problemas para cobrar muchos de los activos financieros que se acumularon sobre los países occidentales, se ven los problemas de un tipo de cambio fijo respecto de una moneda sin respaldo como es el dólar. Cómo ven, los chinos también lloran.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario