miércoles, 30 de junio de 2010

Éramos pocos... y subió el IVA

Hoy se acaba el primer semestre del año y mañana comienzan muchos de ustedes sus vacaciones de verano. Mañana, además, sube el IVA. El tipo general al 18% desde el 16%, lo que supondrá, para aquellos casos en que el vendedor decida no soportar la subida con cargo a su margen, una subida de los precios del 1,72%. Pero vamos a darle una vuelta al tema.

La crítica más corriente ha sido la de que la subida del impuesto reducirá el consumo, lo que es malo porque lo que necesitamos es incrementarlo. Me recuerda esto a otros sinsentidos, pero esta vez pronunciados por un Premio Nobel de Economía como el profesor Stiglitz, que ha criticado las medidas de austeridad y reducción del gasto público de los gobiernos occidentales. Recuerden que Stiglitz es uno de los asesores económicos de nuestro actual gobierno. Me cuesta entender cómo pretende este profesor reducir el sobreendeudamiento público, por mucho que haya dicho que los que mantenemos posturas como la mía no entendemos que las reglas de administración de una economía doméstica no son aplicables a una economía nacional.

Realmente, no son las reglas de una economía doméstica, sino que son las reglas de cualquier unidad económica -las familias y las empresas-, con independencia de su tamaño. Y no veo por qué no han de ser las del Estado, que sólo se diferencia porque tiene una capacidad de crédito mayor que esas otras unidades, y porque nos puede expropiar parte de nuestra riqueza emitiendo más papel moneda. La idea de que el Estado no está sujeto a las mismas reglas que los demás, no sólo es un problema en Derecho sino que también lo es en Economía.

Pero bien, no cabe duda de que la subida del IVA reducirá el consumo en las rentas más bajas, las que no pueden ahorrar, en un 1,7%, pues gastarán lo mismo pero les darán un poco menos, y la diferencia, para el Estado. Los que ahorran, sin embargo, es posible que consuman lo mismo a costa de ahorrar un poco menos. Como ven, se consumirá y ahorrará menos, a favor del Estado. No lo critico porque tenemos al Estado como lo tenemos, aunque me fastidie mucho pagar impuestos, y la deuda en la que ha incurrido, aunque no nos guste, es nuestra. Lo que necesitamos ahora es que el Estado reduzca su deuda y sus funciones, y nos deje elegir en qué queremos consumir nuestro dinero o si queremos ahorrarlo.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario