martes, 27 de octubre de 2009

Recuperar los derechos de la propiedad

Ayer publicaba Financial Times un interesante suplemento acerca del futuro de los mercados financieros tras la crisis que nos invade, la primera del siglo XXI. El suplemento se fija en las discusiones que se mantienen actualmente sobre qué es lo que falló para llegar a la crisis actual. Así, se vuelve sobre el tópico de si lo que falló fue el déficit de regulación -lo que no es cierto porque ningún sector está más regulado e intervenido que el bancario- o si fueron los supervisores de los mercados, que no se enteraron de nada, lo que cuesta creer porque es difícil que todos los supervisores del mundo sean malos, y todos a la vez.

La crisis, ya lo he dicho alguna vez, la provocaron los bancos centrales con una política monetaria inadecuada que volverán a repetir antes o después. La reforma legal que requieren los mercados no es un aumento de los controles y la intervención pública o de los poderes de los supervisores, que ya son grandes. La reforma legal habría que aplicarla al sistema de bancos centrales que padecemos y que permite aumentar y disminuir la cantidad de dinero en circulación por la simple voluntad de la dirección política de un país o de un grupo de expertos. La emisión de dinero tiene que estar al margen de la decisión de nadie, y deberíamos abandonar el sistema actual de emisión fiduciaria en favor de un sistema basado en un patrón real, bien sea metálico como el oro -como ha sido clásicamente-, bien sea otro patrón.

Otra reforma más agresiva sería la posibilidad de desnacionalizar el dinero, es decir, permitir la emisión privada de dinero. No se escandalicen diciéndome que cómo propongo esto tras la crisis. Es que la crisis no ha sido un fallo del mercado, como afirman los políticos, sino del intervencionismo que siempre que falla lo achaca a la escasez de dicho intervencionismo y exige más intervencionismo aún como solución. Sin embargo, sí he encontrado en el suplemento de Financial Times de que les hablaba una propuesta interesante: uno de los problemas de la crisis ha sido la indolencia de los propietarios. Dicho de otro modo: los propietarios de las grandes compañías no han hechos sus deberes. Es difícil hacerlos en esas grandes corporaciones, pero además la legislación lo dificulta y a los directivos de dichas instituciones no les gusta estar controlados por los dueños de las mismas, que muchas veces son fondos de pensiones y fondos de inversión o, lo que es lo mismo, nuestro ahorro. Tal vez ésta sea la reforma que necesitamos: recuperar los derechos de la propiedad

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

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