lunes, 26 de abril de 2010

En defensa de Goldman

Les recomiendo la lectura del artículo que don Lorenzo Bernaldo de Quirós publicaba ayer en el suplemento dominical de información económica del diario ABC. ¿Y por qué se lo recomiendo? Pues porque don Lorenzo es uno de los economistas más brillantes y originales de España, y haciendo gala de esa originalidad se despacha con un artículo en defensa de Goldman Sachs, ahora que se ha convertido en el chivo expiatorio de los errores de la Securities Exchange Comision, la autoridad supervisora de los mercados de valores en los Estados Unidos. He de decir que el miércoles pasado en este blog ya les dí yo algunos argumentos a favor de Goldman, pero don Lorenzo aporta otros nuevos y muy interesantes.

Me voy a centrar en uno de ellos: la calidad de los supuestos engañados por parte de Goldman Sachs resultan ser otros bancos internacionales. Es posible que un profesional altamente cualificado engañe a otro, pero eso ya no parece un problema de supervisión sino de tribunales ordinarios. Otro problema es definir bien qué es engaño, porque no sólo el que vende tiene la obligación de ser veraz en la información que facilita -lo contrario supone efectivamente engaño-, sino que el que adquiere tiene que plantearse si lo que adquiere es lo que quiere adquirir. Los que compraron los bonos de titulización hipotecaria preparados por Goldman Sachs no pueden decir ahora que ellos no esperaban que los impagos pudieran llegar a ser tan altos y que, por lo tanto, sus adquisiciones deben declararse nulas, y el vendedor debe reponerles las pérdidas que sufrieron.

Cuando alguien compra un título de deuda, y una hipoteca lo es, sabe que puede llegar a perderlo todo aunque eso sea poco probable. Si finalmente ese hecho poco probable ocurre, el comprador tiene que asumir las consecuencias. Las cautelas deben tomarse en el proceso de negociación, y es lo que se llama la 'diligencia debida'. Un comprador puede siempre pedir la nulidad de un contrato en determinadas circunstancias, no cabe duda, pero no puede oponer que sus expectativas respecto de lo adquirido no se han cumplido. Es un problema jurídico, que no es mi especialidad, pero que afecta a la Economía y sus instituciones. Si nos cargamos el Derecho no habrá recuperación económica posible, y ése es uno de los riesgos que se corren con algunos de los planteamientos que se siguen en la investigación contra Goldman Sachs.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

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