jueves, 18 de marzo de 2010

Filolsofía de mercado

Aunque es jueves les voy a enviar a la librería. Ya se lo imaginaban ustedes dado que el fin de semana es largo y mañana es festivo. Otra vez voy a recomendarles un texto de ética, o más bien habría que decir de filosofía, escrito por un profesor que ha prestado mucha atención a la institución del mercado y a sus fundamentos filosóficos y éticos. El libro tiene un título incluso divertido: Filosofía del Mercado. Y se subtitula el mercado como forma de comunicación. El autor es Jesús de Garay, y casi puede decirse que este texto es la continuación de otro que publicó en 1993 y que se titulaba, más divertido aún si cabe, El juego: una ética para el mercado. Digo que más divertido porque muchos pensarán que en eso se ha convertido el mercado, pero eso es confundir los mercados financieros con el mercado y, sobre todo, la apariencia que da el mercado financiero con su fondo.

Lo más importante que subyace en el texto es que el mercado no es sino una forma de comunicación. No la única, ni probablemente la más importante, pero no es sino una forma de comunicarnos con los demás. No otra cosa hacemos cuando actuamos en el mismo y lo hacemos a diario con un gran número de decisiones que se transforman en actos u omisiones que transmiten información a los demás. Estoy muy de acuerdo con el profesor de Garay, tan de acuerdo que la actitud hacia el mercado de los regímenes totalitarios e intervencionistas es la mejor prueba de que el mercado es una forma de comunicación.

Fíjense que lo primero que intenta todo gobierno es controlar las comunicaciones y cuanto más poderosas pueden llegar a ser esas comunicaciones, más interés y empeño pone en controlarlas. El mercado es una fuente de comunicaciones a lo largo de toda una sociedad que los gobiernos pretende controlar para, a su vez, controlar los mensajes, y ello siempre bajo la excusa de nuestro bien que sólo ellos, los del gobierno, conocen. Así, que como este fin de semana es largo, no lo duden y dediquen un rato al libro del profesor Jesús de Garay, Filosofía de Mercado.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

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