viernes, 22 de enero de 2010

Ética de la especulación financiera

Pues estamos en viernes, el día que nos vamos a la librería. Esta semana les voy a recomendar un libro de un autor español, ya que vienen quejándose de que recomiendo mucho alemán y mucho austriaco. El libro, además, muestra que la especulación financiera no es sólo legal sino, lo que es más importante, moral. El autor es Eduardo Camino y el libro se denomina Ética de la especulación financiera. El título me reconocerán que es, cuando menos, provocador o sugerente, especialmente en determinados ámbitos que pensarán que será todo lo corto que cabe de algo que es obvio para ellos. Pues bien, el libro es corto y está escrito por un doctor en teología que trabajó muchos años en los mercados financieros como broker, lo que le da mucha reflexión a lo que normalmente sólo es una práctica.

Ética de la especulación financiera nos muestra las funciones que, en una economía, desarrollan los especuladores otorgando liquidez al mercado a cambio de un riesgo que, lógicamente, intentan que les sea remunerado. Además, muestra por qué a las autoridades les gustan tan poco los especuladores y por qué demonizan su figura y les achacan todos los males: los especuladores suelen dejar a la vista los errores de dichas autoridades como, por ejemplo, cuando se enriquecen explotando la subida de la prima de riesgo de la deuda española, que no es sino el reflejo de la equivocada política fiscal de nuestro Gobierno.

La intervención pública -y esto lo añado yo- suele provocar ineficiencias que la especulación aprovecha enriqueciéndose y forzando, en ocasiones, a que sean corregidas. A más intervenciones, más oportunidades. Imaginen las posibilidades que ha creado la devaluación del bolivar en Venezuela. Esto es tan verdad, que en ocasiones la especulación goza del favor privado de los políticos que la aprovechan en su favor. Poca ética hay en estas actuaciones, pero la especulación en estos casos no es la causa, sino la consecuencia de una política errónea primero, y corrupta después. Pero de ésta no les hablará el Dr. Camino en su libro Ética de la especulación financiera.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

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