viernes, 20 de noviembre de 2009

Teoría de la Economía

Al fin es viernes, así que ya saben lo que espero de ustedes esta tarde para los que disfrutan del fin de semana desde el mediodía, y mañana para los que lo comienzan esta noche: vayan a la librería y adquieran un texto. El de esta semana no es un texto largo -como ninguno de los que les he recomendado hasta la fecha a excepción del del profesor Salin-, pero sí es posible que sea un poco más complejo. No por la incapacidad del autor de expresarse, pues hay que reconocer que el profesor Wilhem Ropke escribe como los ángeles, como todo ese conjunto de profesores alemanes y austriacos que tuvieron que abandonar la Alemania Nazi y que no se confundieron: el enemigo del nazismo no eran los comunistas, competidores de los primeros por un mismo público ideológico y que sólo desarrollaban entre sí un enfrentamiento entre dos familias socialistas y, por tanto, totalitarias. El enemigo del nazismo era la sociedad libre de Europa Occidental, Estados Unidos e Inglaterra de manera muy especial.

El libro se llama Teoría de la Economía, y se acaba de reeditar, si bien en ediciones anteriores recibió el título en español de Introducción a la Economía. El libro está escrito con cariño, con el cariño del profesor que escribe el libro que hubiera querido tener cuando se inició en el estudio, como nos reconoce el profesor Ropke en la introducción. Esto y su longevidad como texto -fue escrito hace más de sesenta años- es una garantía de la calidad del mismo. El libro tiene la complejidad que conlleva siempre un análisis hecho por un alma fina sobre los problemas sociales.

Les recomiendo especialmente los dos primeros capítulos, claramente deudores del análisis que de la economía hizo nuestra Escuela de Salamanca en los siglos XVI y XVII, y les puede ayudar mucho a entender el funcionamiento de las realidades más cercanas como, por ejemplo, por qué el agua es barata a pesar de su necesidad y con frecuencia escasez y, sin embargo, los bienes superfluos suelen ser caros a pesar de su escasa demanda y suficiente oferta. Léanlo con atención, es una delicia. Recuerde: Teoría de la Economía, de Wilhen Ropke. Él también les habría dicho:

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

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