martes, 3 de noviembre de 2009

Cuanto más tarde, peor

Como les decía ayer, el pasado jueves el Banco de España en su último informe trimestral indicaba que el problema más grave de la crisis actual es encontrar el momento para retirar las ayudas públicas al sector privado sin que éste se resienta. Ayer, el director gerente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Khan, advirtió que dichas ayudas no se podían retirar aún, porque no se vislumbra el fin de la crisis en el corto plazo, por lo que abogaba por su mantenimiento al menos otro año más. Ayer también, cayó la financiera Norteamérica CIT, después de haber recibido ayudas públicas por importe de 2.300 millones de dólares el año pasado.

Pues vuelvo a reiterarles mi opinión al respecto: cuanto más tarden en retirar las ayudas públicas, más larga será la crisis. Cuanto más tarden en retirarse las ayudas, más tardarán en reducirse los déficit públicos que todo los expertos comienzan a ver como una auténtica amenaza a la recuperación futura de las economías occidentales. Así, por ejemplo, volvamos al caso de CIT. ¿No habría sido mejor haberla dejado caer el año pasado, en lugar de enterrar en ella 2.300 millones de dólares del contribuyente? En lugar de cobrar impuestos para ayudar a determinadas compañías -las más grandes que al fin y al cabo son las que tienen acceso a los que ejercen el poder- a costa de asfixiar a las pequeñas y a los consumidores, ¿no sería mejor rebajar los impuestos?.

La política fiscal de las economías occidentales, tan contaminadas de presupuestos socialdemócratas, no cumplen (de hecho no lo han hecho nunca desde que adoptaron dichos presupuestos) con los principios que dicen perseguir: la redistribución de la riqueza desde los más favorecidos a los menos. El sistema fiscal es un absurdo en el que la gente corriente cree que gana salarios altos con los que paga altos impuestos para sostener a las grandes compañías, y luego le pedimos a esa misma gente corriente que ahorre y que consuma. ¡Hombre, pero tengan un poco de compasión, ya que adolecen de honestidad intelectual! Es que las autoridades occidentales quieren que chupemos, soplemos y no relamamos todo a la vez.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

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